Las semanas antes de las elecciones todas las ciudades iraníes se colapsaban por las noches con fiestas-manifestaciones por las calles, unos a favor de Musaví y otros a favor de Ahmadinezhad. Increíble, por primera vez tras la Revolución, kilómetros y kilómetros de avenidas con coches parados, música y gente bailando (lo que puede ser muy incómodo o desesperante si vas a coger aviones, o llegas a casa a las 2 de la mañana, o viene una amigo de Dubai y está atrapado horas acojonado, o llevas una media de seis horas diarias en taxis y atascos). Aunque obviamente todo estaba prohibidísimo, la policía (presente) tenía orden de no intervenir, así que no hubo apenas disturbios. Yo estaba de viaje con amigos, y vimos la misma historia en Teherán, en Mashhad y en Shiraz. Cualquiera de estas ciudades tiene más población que Madrid, en concreto Teherán son 18 millones. Lo que yo conozco de Teherán es sólo el norte pijo, y allí había mayoría de mousavistas verdes, que es lo que vemos los pocos extranjeros que vivimos aquí. Sin embargo, en ciudades más pequeñas a las que fui con mis amigos (Bandare Abbas, Neishabur, y pueblos) no había ni rastro de otro candidato que no fuese Ahmadinezhad.
El día de las elecciones hubo grandes colas y se prolongó la apertura de mesas electorales. Conozco gente que quería votar y no pudo; hubo mucha movilización, mucha gente votaba por primera vez desde la Revolución, e incluso vinieron residentes en Dubai. La participación ha sido muy alta, quince puntos por encima de la media de otras ocasiones. La misma noche del 12 salió Mousaví anunciando que había ganado; en la tele iban recontando y, linealmente (lo que es muy raro) y con algunas cosas raras, fue tomando ventaja Ahmadinezhad, y a las 4 salieron a la calle sus seguidores a pitar. Esa noche estábamos en una fiesta y mis amigos iraníes fueron como marchitándose.
El día 13 ya se hablaba de pucherazo al conocer los resultados oficiales (en pasadas ocasiones, se tardaba hasta cinco días en recontar). Por la mañana teníamos una misión en la oficina. Terminamos pronto y me fui con los amigos que habían venido a visitarme a comer al centro. Todo estaba muy tranquilo, pero por la tarde cortaron por primera vez los móviles. Conseguí hablar con un amigo iraní que me aconsejó volver rápido a casa, en el centro y en la plaza de Vanak había disturbios y la BBC hablaba de muertos (el centro de Teherán es como Madrid de grande, y los extranjeros no vamos mucho). Como no veíamos nada raro, sólo muchas tiendas cerrando, cogimos un taxi para ir cerca de la Universidad de Teherán a comprar libros, y entonces nos encontramos con las movilizaciones. Al llegar a la avenida Enqelab (avenida de la Revolución Islámica) empezamos a ver gente corriendo, humo… gente llorando o frotándose la cara; y luego cubos de basura ardiendo en las aceras y también cortando el tráfico, y antidisturbios. Nuestro taxista, ferviente defensor de Ahmadinezhad y de su limpia elección, decía que no era nada, cuatro gatos haciendo ruido; le dije que nada de ir a la Universidad, que nos íbamos a casa. Estuvimos más de media hora esquivando barricadas ardiendo, con gente corriendo y antidisturbios. Hubo un momento en que en los puentes de Karimkhan nos quedamos atascados, y en la calle debajo oíamos a mucha gente gritando "Libertad", yo creo que hasta el puente temblaba. Por fin cogimos la autopista, y cuando estábamos atascados cerca de mi casa (10 kilómetros más al norte de los puentes), nos bajamos y continuamos andando. En Jordan, donde yo vivo, no había todavía disturbios pero sí contenedores ardiendo. Me consta que el Hotel Esteqlal, donde se alojan las misiones de extranjeros, hubo problemas y alguno salio gaseado. Ni que decir tiene que todo esto lo pasamos acojonados y sin manera de comunicarnos con nadie por el corte de los teléfonos. Cuando llegamos a casa, empezaron a tirar piedras en la calle principal. Había venido un amigo iraní que no podía contactarme y que se quedó con nosotros hasta que a la una ya no había ruido.
Al día siguiente, 14, no quedaba una luna en pie en Jordan. Me fui al trabajo y sugerí a mis amigos que no bajasen al centro, así que se fueron a ver un palacio cerca. Cuando comimos en Valie Asr, vimos a los antidisturbios ir y venir, pero no pasó nada, sólo las viejas elegantes de mi barrio les abuchearon. Nos fuimos a Darake en la montaña a fumar pipa, porque seguro que allí no ocurriría nada (porque no entran los coches y las calles tienen un metro de ancho, y hay riachuelos y barro, es la montaña ya), y a las 10 volvimos a casa normal (bueno, todo estaba cerrado). Mis amigos cogieron un taxi a las 12 porque volaban a Moscú a las 4. Me consta que llegaron bien. En los medios ya se hablaba de golpe de estado, Khameneí, el Líder Supremo, había aceptado los resultados, se decía que Mousaví había desaparecido o estaba en arresto domiciliario y se preparaba una manifestación para el día siguiente, 15, en la que ha aparecido Musaví y que ha resultado más pacífica de lo que se esperaba, un muerto, ya que la policía tenía permiso para disparar. Los periodistas se están yendo, algunos han pasado alguna noche detenidos y a todos les han quitado grabaciones.
Los que vivimos aquí no bajamos al centro y procuramos evitar las zonas calientes de cada día. Mis compañeros llevan una semana casi encerrados en casa, por seguridad pero sobretodo por los atascos (te arriesgas a pasarte muchas horas en la autopista). Por las noches la gente desde sus casa grita "Ahmadinezhad dictador" y "Allahu Akbar" (Alá es grande, lema anti Shá y ahora pro Musaví… recordemos que Musaví ha sido aprobado por el Consejo de Guardianes y pertenece al sistema tanto como Ahmadinezhad).
Hoy 16 no he leído los periódicos todavía, y esta tarde a las 5 hay una manifestación en Vali Asr a la que estamos tentados de ir. De mis amigos iraníes sé que algunos salen a la calle por las noches y otros están encerrados en casa, según las circunstancias y los antecedentes. Pero no he podido hablar más que en un par de ocasiones con ellos. Les sigo lo que facebook me deja.
Irán desde dentro da siempre sensación de normalidad, y la realidad es mucho más tranquila de lo que se percibe desde fuera. La vida en el Teherán pijo sorprende a los que vienen de fuera porque no se ajusta nada al estereotipo infernal tercermundista que tenemos en casa… (con todo, mis amigos, becarios de Moscú y Dubai, se lo han pasado pipa, creo...) pero a veces hay momentos en que ves cosas increíbles que dejan cortos a esos estereotipos… esto es un moderno y tecnológico régimen totalitario, estilo "1984", nada de talibanes en burro. Señores de traje que aprietan un botón y te dejan sin teléfono, o miles de antidisturbios motorizados con ametralladoras, cascos y hombreras al estilo robocop, que se ponen a formar delante de tu hamburguesería preferida como en un video clip de madonna."