Hace tiempo que tengo pendiente este post, y la pereza siempre me ha podido. Primero, mis últimos viajes en mi estancia en Dubai (que quizá algún día me suelte a contar en Increpando Gominolas) ya que fui a India, norte de Tailandia y Laos. Segundo, preparación de la mudanza para retornar a Europa (pensaba que por poco tiempo, pero aún sigo en Bilbao, buscando en mi interior qué quiero hacer) con las consiguientes despedidas y trabajo acumulado. Y finalmente, la pereza, esa gran mochila que aparece por momentos y nos destroza las espaldas, incluso en esos momentos en los que no tenemos nada que hacer.

2 meses después de quitar mi casa durante un año, y echando la vista atrás, tras ver en las noticias una y otra vez cómo Dubai también se ha visto afectada por la crisis mundial (aunque con cierto retraso, pero menudo batacazo se está dando...), he de reconocer que la echo de menos en menor medida que lo que esperaba. Allá dejo (o en otros casos también han retornado) amigos, compañeros de trabajo y demás cosas, pero he comprobado que muchas factores son como la propia ciudad: artificial y con cierto grado de falsedad. Además, he podido recuperar ciertas añoranzas pasadas: los conciertos, unas playas en condiciones, la gastronomía del Norte, etc. Mi balance ha sido positivo sin duda, y hay algo que me dice que voy a volver algún día, pero no todo es color de rosa en esa ciudad de cristal y en obras perpetuas.

Bye bye, Dubai

PD: Dejo este post o el que creáis conveniente para posibles dudas o comentarios sobre la ciudad. Éstos me llegarán al email y os responderé con lo que recuerdo. Vamos, que es mi último post pero aún no mato el blog :)